Pastillita para el Alma 05 – 12 – 13
Para mis colegas, grandes amigos y hermanos de la Promoción Médica *SAN FERNANDO 1964*,
deseo contarles, que viendo el almanaque de mi vida y sacando el
balance de cuántas Navidades y Años Nuevos, mi gran D+os, me ha
permitido disfrutar, me he puesto a meditar, por las pocos que me
quedan
en este mañana incierto.
Han
venido a mi mente, los días de mi infancia al lado de mis padres. La
felicidad de la Noche Buena, la celebración de la Misa del Gallo y el
abrazo amoroso a las 12 de la noche. En esa época no había arbolitos,
panetones ni champán, no conocía a Papa Noel ni a Santa Claus, solo al
Niño Manuelito reposando en su cunita, hecha de musgo, selvaje,
orquídeas y wikundos, adornado de figuritas de yeso, de loza y de
marfil, bajo la atenta devoción de su padre y la tierna mirada de su
madre, la Virgen María.
Luego
en mis años de estudiante con mi mandil blanco, mi estetoscopio y
tensiómetro, con mis aflicciones y mis temores, poniendo en práctica lo
que mis maestros me enseñaron, me halló imperturbable ante las
Navidades y Años Nuevos que pasé en un hospital al lado de la cama de un
paciente y luego como médico en el quirófano atendiendo una emergencia,
o vestido de rojo, con el ulular de las sirenas, salvando una vida,
pero lejos de las angustias de mi familia.
A
cuántos de nosotros, en diferentes lugares, pero en iguales
circunstancias, nos habrá tocado pasar nuestras Pascuas y noches de Año
Nuevo. Muchas, habrán sido de congojas, de penas y desconsuelos, sin
embargo todas se habrán compensado con la dicha enorme de llamarnos
médicos, médicos salidos de nuestra alma mater de San Fernando, a menos
de siete meses de cumplir nuestras Bodas de Oro Profesionales.
Ahora
que el tiempo nos ha hecho viejos en nuestra piel, pero no rendidos en
energía y voluntad, ahora que muchas de nuestras esperanzas se han
muerto, no esperemos regalos ni presentes, tal vez mimos o palabras
bonitas de nuestros hijos propios y políticos, también la risa inocente
de nuestros nietos y la mirada piadosa de aquella persona, que
felizmente todavía nos acompaña, y que compartió y comprendió nuestras
penas y alegrías, dándonos todo su cariño, su amor inconmensurable, en
medio de una ternura infinita.
Navidades
de nuestros años mozos, lejanas en el tiempo, pero nunca ausentes de
nuestros corazones, déjanos vestirnos con el espíritu de la Navidad,
permítenos que arrullemos a ese niño Manuelito que llevamos
internamente, que veneremos y engriamos a esa Madre Bendita, Madre de
D+os, la Virgen María, artífice de nuestros gozos e ilusiones, casi
siempre olvidada en estas fechas y proporciónanos la dicha de unirnos en
un fuerte abrazo con nuestros padres ausentes en su cuerpo, pero, para
nuestro consuelo, presentes espiritualmente y saboreemos silenciosamente
sus añoranzas y enseñanzas que nos legaron y que nunca se irán de
nosotros.
La Navidad y
Año Nuevo 2014, para los médicos de la Promoción San Fernando 1964, son
el preámbulo y el presente, para celebrar nuestras BODAS DE ORO
PROFESIONALES. Que estas fechas nos llenen del amor de Cr+sto y
mostremos el entusiasmo y la voluntad de encontrarnos pletóricos de
regocijo y gratitud a la vida, por haber cumplido medio siglo al
servicio de la Comunidad, con salud y energía, conscientes que aquellos
gozos de nuestros años mozos, no volverán, pero llevamos en el alma, la
satisfacción de haber cumplido nuestro ministerio con pasión y
abnegación, sin esperar ninguna devolución y que ahora sin miedo
esperamos la muerte, nuestra permanente enemiga, que llevamos adentro y
estamos seguros, nos hallará con nuestros corazones contentos, con las
frentes en alto y nunca jamás rendidos.
*FELICES PASCUAS Y UN VENTUROSO AÑO NUEVO 2014*Jorge REINA Noriega
*AYÚDAME A AYUDAR*
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